FISGONEO CULTURAL

Por Ingrid Génesis Manzanares 

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Dos cúmulos galácticos se encuentran, pero no es un encuentro fortuito, sino el choque de dos universos aislados. La explosión desató una luz única en su especie, brillante y capaz de transformar espacios. Esa luz llegó a la tierra, alumbró lugares y alteró su concepto. El sol y la luna son los mejores testigos: en el día ilumina y calienta; acoge la noche para no caer en la oscuridad y las tinieblas. Los seres humanos ambicionando el poder de aquella quisieron imitarla, pero no lograron su autenticidad.  

  

            La luz es vida. Atrae. Construye y destruye. Es volátil y duradera. Es día y noche. Son emociones: felicidad y tristeza. La luz crea recuerdos y fotografías. Es el motor de la rutina y motivo de sorpresas. Es verde, azul, amarilla, de cuantos colores puedas imaginarla. Son formas básicas: punto, línea, raya; y figuras: estrella, cuadrado, triángulo. Es arte expresada en proyecciones monumentales.

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¿La vida sería lo mismo sin ella?